Penúltimo día de viaje. Después de pasar una de las noches mas gratificantes, las mejores camas del viaje tenemos que finalizar el viaje terminando de ver Shanghai como toca: subiendo a las alturas y observando los rascacielos como si fueran pequeñitos a nuestro lado. Hoy visitamos la Torre de la Perla Oriental.

Como ya es habitual en nuestro viaje, madrugar ya es una rutina. Estoy madrugado mas en este viaje que cuando voy a trabajar jeje. A las 7:00 en pie y dispuestos a hacer kilometros. Hoy veremos un par de cosas de Shanghai que nos han parecido obligatorias.

La primera parada será la parte este de Shanghai, cruzando el río Huangpu. Esta parte del rio es la considerada centro financiero de Shanghai. Tiene los rascacielos mas altos y uno de los parques que queremos visitar hoy: el Century park. Parque construido como celebración del inicio del año 2000. Este parque conmemora el inicio del siglo XXI como se merece.

Nuestra primera parada en metro fue en la Torre de la Perla Oriental. Ahí observamos la verdadera altura de la torre. Hicimos un par de fotos y continuamos andando. Aquí cometimos un error importante, íbamos bastante fuertes y nos vinimos arriba deciendo andar aunque así pudimos observar de cerca los rascacielos que habían a nuestro alrededor. Vimos la Torre Jin Mao, el World Financial Centre y la Torre de Shanghai de 652m de altura. Desde allí no parece tan alta pero eso es así debido a que esta rodeada de edificios de 200m de altura y sus medidas pasan un poco desapercibidas. Si esto estuviera construido en medio de la nada se vería con otros ojos. Después de 1h y media de camino andando decidimos volver al metro para llegar al parque ya que en esa hora y media no habíamos recorrido ni la mitad del camino al parque.

Cabe mencionar que los metros en China están super bien indicados y organizados, aunque en una próxima entrada hablare de peculiaridades de China. En 2 paradas ya estábamos en el parque Century Park.

Entramos por 10 yuanes. El parque esta distribuido en distintas áreas o jardines en los cuales podemos disfrutar de distinta vegetación. Nosotros optamos por cruzarlo casi en su totalidad y pasamos por jardines japoneses, britanicos, franceses y chinos. De todas formas no aconsejo visitar parques en invierno. No es la mejor época. Debe cambiar mucho estos parques cuando es la época adecuada (en primavera u otoño debe estar mucho mas bonito todo). En este parque puedes desde coger bicis en tandem hasta pescar en un lago. Además en la parte central del parque se han montado un parque de atracciones pequeñito. También puedes disfrutar de la tranquilidad del parque. El parque es el mas grande de shanghai y su tamaño ronda las 140 hectáreas. Vimos mucha gente que va a pasar el día aquí con su equipo completo de tienda de campaña, comida y bebida. Cerca del parque de atracciones disfrutamos de las vistas de un laguito en el cual también podías alquilar una barquita. No vimos remos ni pedales por lo que la barca debía ir a motor.

Después de recorrer el parque, hacernos la fotos de rigor y charlar un rato sentados junto a unos señores pescando, salimos del parque en dirección a un mercado famoso de imitaciones en Shanghai. Similar al mercado de la seda en Pekín pero bastante mas cutre. Lo bonito de estos mercados o lo entretenido es que puedes regatear cada producto que quieras. Nosotros aprovechamos este mercado para comprar algún regalito. Este mercado se llama por lo bajini «fake market» pero su nombre comercial es Shanghai AP Xinyang Fashion & Gifts Market. Esta situado justo debajo del Shanghai Science & Tecnology Museum. Ademas existe una parada de metro justo allí por si quieres visitar el museo. Hicimos nuestras últimas compras en este mercado y aprovechamos nuestra labia de negociación aunque algunos parecían cabreados por las negociaciones y describimos al poco tiempo el porque. Entablamos conversación con una dependienta de alli que era bastante amable y simpatica. Empezamos a intentar sacarle información sobre precios y cuanto les costaba cada producto pero nos descubrió algo que nos marcaria mas. La mayoría de trabajadores en estos mercados cobran un 1% de las ventas que realicen y ademas no tienen salario base. Si no venden no cobran. Un 1% es poquisimo, os pongo en situacion. Un producto allí de media vale 100yuanes sin regatear. Normalmente al negociar puedes rebajarlo hasta un 70/80% de su precio y en ocasiones hasta un 90% si están muy desesperados. De esos 100 yuanes iniciales pongamos que lo compramos por 10 yuanes. Ese empleado de esos 10 yuanes se llevaría únicamente un 1%, es decir 0,1 yuan. La vida en china es barata pero mucho tienes que vender si quieres sacarte un sueldo para medio vivir. Nosotros hemos pasado 8 días a «todo trapo» comiendo y bebiendo lo que queríamos y visitando monumentos y apenas hemos llegado a gastar 3500 yuanes cada uno. Zanjado el tema del salario, hay que decir que en Shanghai te atosigan para que compres cosas hasta el extremo que te llevan hasta su tienda para que compres aunque este en la otra punta del mercado. Esto en Pekín no nos paso en ningún momento. Para finalizar en el mercado decidimos comer en un restaurante dentro del propio recinto. Comimos muy bien y muy barato. La verdad que en comida posiblemente no hemos gastado ni la mitad de lo esperado. Después de comer partimos del mercado hacia el templo budista mas importante de shanghai. Nos costo encontrar la parada de metro ya que la gente lo conocía de otro nombre y no como lo llamabas os nosotros. La confusión es que nosotros lo conocíamos como Templo Budista de Jade y aquí lo llaman Jing’an Temple. Existe una parada para el en el metro, en la línea 2. Una vez descubierto fuimos para allí.

Habíamos leído maravillas de el y la verdad no decepciono. Nuestra primera impresión al entrar es que fue gratuito, y nosotros esperábamos pagar 50 yuanes. La segunda fue que la gente compraba varillas de algo similar a madera y las quemaba en una hoguera que existe en un lateral de la plaza. Otra cosa chocante es la gran campana de color negro con agujeros que se sitúa justo enfrente de todos los templos, en el centro de la plaza. La gente pedía sus deseos y lanzaba monedas para intentar colarlas dentro. Nosotros no íbamos a ser menos y probamos suerte. La verdad que Robert o y yo no tuvimos mucha puntería al principio y el primero en colar la moneda fue Maigu. En segundo lugar entro mi moneda y en ultimo lugar la moneda de Obe. Después de jugar un rato comenzamos a ver los templos. Un Buda enorme de unos 5m de alto se situaba en el centro del templo mas grande. Al lado de este, otros budas mas pequeños (de unos 3 metros de altura) llamaban la atención por los números detalles que llevaban impregnados en sus cuerpos dorados. Todos los budas tenían a sus pies una estructura metálica con cojines los cuales mucha de la gente que visitaba el templo utilizaban para rezar a sus pies.

Las vistas de este templo eran maravillosas y aprovechamos como de costumbre para inmortalizar el momento. Ya llevo mas de 900 fotos y vídeos y rondaremos las 1000 muy pronto. Otro detalle importante es que habían monjes por alli y pudimos observar que estos monjes tenían sus casas a la espalda del templo, que utilizarían como residencias habituales.

Ya habíamos completado casi nuestra ruta de hoy, solo nos quedaba subir hasta la torre de la perla oriental y disfrutar de las vistas. Para ello volvimos al metro. Esta vez hicimos algún transbordo por lo que esto nos permitió encontrar un mercado de comida muy bueno bajo la ciudad. Como ibamos de camino aprovechamos para probar una maravilla de pastel en China. Este pastelito nos llevo a la gloria. Ademas, aprovechando el momento vimos y fotografiados cosas que hacían. No solo eran pastelerias, esto parecía un centro comercial debajo del metro de la ciudad.

Ya de noche y con todas las miradas puestas en la torre, llegamos a sus alrededores. Como de costumbre, muy pocos turistas occidentales. La Primera sorpresa nos llego al comprar los tickets de la torre. Hasta ese momento, pensábamos que serían 100 yuanes, pero al llegar a las taquillas fueron 180. Teníamos que subir por lo tanto aceptamos. Subiriamos hasta la segunda bola de la torre. Allí tendríamos las vistas completas de todo shanghai desde arriba. El mirador es completo en 360 por lo que podríamos dar una vuelta y ver todos los edificios colindantes. Aunque los bonitos son los que compiten en altura con la torre de la perla. Pensamos que la visita seria subir al mirador, verlo y bajar, pero no seria así. Subir al mirador seria la primera parada. Impresionantes las vistas. Aprovechamos para hacer un par de selfies e imaginarnos lo grande que son las ciudades de china. Después cuando nos cansamos de mirar bajamos en ascensor, pero nuestra sorpresa fue que no bajamos hasta abajo. Nos quedamos sobre la primera bola de la torre. En el marcador del ascensor indicaba un 92, supongo  que indicaría los metros de altura, ya que en la primera subida indicaba 292. Esta vez nos metieron en una sala y nos mostraron una pelicula que podías observar mientras íbamos desplazandonos en una cinta mecánica. La película trataba de mostrar cómo seria Shanghai en un futuro no muy lejano. Todo muy futurista. Este momento fue largo, no porque fuera malo, sino porque ya las fuerzas no acompañaban.

Una vez finalizo el vídeo de «Shanghai del mañana», continuamos por una especie de sala de recreativos. Nos habíamos dando cuenta que estos chinos habían convertido un mirador en una especie de centro comercial de ocio en las alturas. Pasamos sin pena ni gloria los recreativos y cual fue nuestra sorpresa que no nos dejaban subir al ascensor, había que bajar por las escaleras. Pudimos ver que un csrtel marcaba la existencia de otro mirador bajando las escaleras. Bajando nos encontramos de frente con una montaña rusa. Esto era de locos. Confirmado, la torre de la perla oriental no era un mirador como antaño nos comentaron y de ahí el precio desorbitado de la entrada. Ha sido del viaje la entrada mas cara y con diferencia. Continuando con la escalera bajamos hasta llegar al mirador. Este mirador era diferente al anterior. En el podíamos observar el suelo de cristal que daba una mayor sensación de vértigo. Muy difícil de apreciar en fotos por la sucidad de los cristales y el juego de luces. Shanghai parece una constante guerra por poner las mejores luces en sus edificios. Tal vez haya concursos de fachadas, no me extrañaria nada.
Este mirador fue el último evento que hicimos en la torre. Después descendimos por el ascensor hasta la planta baja. Al salir nos dimos cuenta del trafico de mecheros que hacen en este tipo de monumentos. No permiten la entrada con mecheros por lo que a Obe le requisaron el suyo. A la vuelta el suyo no estaba y nos dieron la posibilidad de coger el que quisieramos. Por lo que si vas a visitar alguna torre de Shanghai y le tienes aprecio a tu mechero, mejor no lo lleves encima porque te quedaras sin el casi seguro.
Al salir un ultimo selfie grupal fue el que dio fin a este día. Volvimos a coger el metro y esta vez volvimos a pesar por el mercado de Ole Street para terminar de rematar los regalos. Regateamos también lo que pudimos y finalizados uno de los días mas agotadores de todo nuestro viaje. Las piernas pesaban, la cabeza dolia, el sueño y cansancio marcaban nuestras caras pero ya solo quedaba el último empujón. Como anecdota, la mayoría de imanes que tienen del paseo de bund, aparece un edificio menos, la Torre de Shanghai, la ultima en ser construida y la más alta de la ciudad no aparecerá en los imanes. Estos imagen se imprimieron antes de su construcción por lo que los imanes son bastante antiguos. También puedes encontrar algunos con esos edificios por lo que te recomiendo que te fijes muy bien. Al final, el día que mas cansados estábamos fue el día que mas tarde llegariamos al hotel. Llegamos aproximadamente a las 22:30. Buscamos algo se cenar por los alrededores pero casi todo estaba ya cerrado, así que probamos suerte con unos pinchos de carne. Sabéis que es el picante?? Pues allí en china lo echan en todo. Creemos que aprovechan el picante para quitarle el mal sabor de algunas cosas que cocinan. En china la sanidad escasea y aun tengo que descubrir si lo que comimos allí envasado eran productos caducados, que aunque sabían bien podrían estar en mal estado. Pero bueno, después del picor abismal del primer pincho de carne, decidimos probar más suerte cogiendo comida en un 24 horas. Así salvamos la cena y nos subimos al hotel. Estaba acabando ya el viaje y seria nuestra ultima noche en Shanghai. Había que aprovechar para dormir y descansar ya que mañana nos esperaba un día de grandes vuelos.

 

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